Hoy os traigo mi aportación del mes al grupo de Adictos, que consistía en escribir una carta a los Reyes Magos. Esto forma parte de un proyecto que tengo entre manos.
Queridos Reyes Magos:
¿Cómo habéis pasado este año 2014, tan largo y tan
corto a la vez? El tiempo es tan relativo… Según en que lo estés empleando se
eterniza o se hace efímero; como el primer día de trabajo en un lugar
desconocido, como el primer beso de unos amantes anhelado durante largo tiempo.
¿Lo recuerdas Melchor? Yo aún tengo tu huella en mis
labios. Quizás te rías cuando leas esto (estoy segura de que lo harás, leerla
quiero decir, ya conozco tu “mágica” propiedad de ubicuidad incluso en estas
fechas), pero no es mentira lo que te digo. Tu beso, ese de hace tantos años,
cuando aún teníamos acné e inseguridad a raudales, se quedó en mi recuerdo como
una experiencia indeleble. ¿Te pasó a ti también? Estoy segura de que no, pero
no es importante.
Bueno, llegados a este punto, y dado el trabajo que
tendréis en estas fechas y los montones de cartas por leer, iré al grano. Mis
divagaciones estaban muy relacionadas con el único deseo que os quiero pedir:
quiero un beso como el que me diera hace tantos años vuestro compañero.
Podría pedir un coche nuevo, que el mío está hecho
una birria, pero puede aguantar un añito más. También un fin de semana de
relajación en el spa de San Pedro, ese en el que te ponen toallitas calientes
en el cuello y el trasero, mientras unas manos expertas recorren tu cuerpo,
delineándolo, barriendo la tensión para que creas que estás flotando en una
nube. Pero eso me lo podré pagar con unos meses de ahorro.
No, no quiero nada de eso. Podré sobrevivir sin
poseer ni una sola de esas cosas, pero no sé cuánto tiempo más aguantará mi
alma empalidecida en este estado de soledad. Y creo que un beso podrá ayudarme
a sobrellevar otro año así. No os riais de mí, os lo ruego (quizás solo un
poco, ¿de acuerdo?). Me han besado bastante a lo largo de estos años, he estado
con hombres de todo tipo, que me han prodigado atenciones, caricias, sexo… Pero
al final, todo era igual de vacío. No me refiero a la presencia, os hablo de la
resonancia que todo eso tenía en mi corazón. Cero.
Por eso yo pido, para esta Navidad, un beso de esos
de verdad, aunque sea solo uno, ¿vale? Te encomiendo a ti la labor, Melchor,
porque sé de sobra que conoces la naturaleza de los besos que yo pido. Uno que
me deje llena, que me sacie, que me haga descolgarme de mi propia vida, aunque
sea solo durante los minutos que dure. Yo me comprometo a guardar la
experiencia para siempre, y no volver a pedir nada tan raro nunca más. Pero
vosotros sois expertos en emociones y sentimientos, así que sabréis bien como
conseguir esto.
Sin otra particularidad, agradezco mucho que hayáis
leído mis palabras. Llevad cuidado en vuestros agitados viajes. Espero que vuestros deseos también se
cumplan.
Un beso gigante (sí, de los de verdad).
Ana
Muy dulce y también romántica... ¡Muy distinta a la idea que una tendría de una carta a los Reyes Magos!
ResponderEliminarMuchas gracias. Un besazo
EliminarUn texto muy diferente, me encanta por la idea del beso, me hubiese gustado saber por que Melchor sabe besar tan bien
ResponderEliminarSaludos desde Colombia
Muchas gracias. Si Dios quiere podrás descubrirlo pronto. Besos
EliminarEs una carta muy romántica, un poco agridulce ya que se refleja muy bien la soledad de Ana.
ResponderEliminarNunca se me había ocurrido que uno de los reyes tuviese una aventura romántica :P
¡Saludos!
Pues ya podrás leer la continuación en mi próxima historia si te apetece. Yo estaré encantada si es así. Un beso y gracias por leer
EliminarMe ha gustado un montón, es muy original y romántica y esta muy bien escrita. ¿Melchor? Por algún motivo en particular. Ya nos contaras
ResponderEliminarMuchas gracias! Pues es Melchor xq tengo su historia en mi cabeza. Espero poder contaros pronto algo más. Besos
ResponderEliminarHola Judith, es una carta muy original y muy interesante. Yo también quiero que nos cuentes después qué más pasará. ¡Genial carta, un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Maria. Un besazo
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