El fruto del amor y el odio
“Cuenta la leyenda que en una de sus apasionada peleas en el Olimpo, la diosa Venus, señora del amor y la fertilidad, y el Dios Marte, rey de la guerra, llegaron a la conclusión de que el amor y el odio son dos partes de un todo, y para que exista el uno, es necesario cierto componente del otro. Para demostrar su teoría crearon dos razas de seres a su imagen y semejanza, los Amorae, o seres del amor, y los Belicae, o seres de la guerra. Y cuál fue su sorpresa cuando, al dejarlos vagar libremente por el enorme caos que era la Tierra, descubrieron que los amores más tempestuosos e intensos, eran los que creaban la combinación de un Amorae y un Belicae. Los mitos de los pueblos no tardaron en llamar a estos seres Cupidos, ya que por donde pasaban, el amor y la pasión crecían como fuertes llamas avivadas por el viento”.
Catherine se sacudió su bello cabello negro, mientras se colocaba con esmero su chupa de cuero, y se miraba de forma aprobatoria en el espejo. Su infancia había trascurrido en las casas del Olimpo, y quizás echaba de menos la comodidad propia de las deidades, pero le gustaban muchos aspectos de los humanos. Amaba el cuero, mucho más divertido que las livianas gasas que utilizaban sus congéneres en el Olimpo. Así como la terrible vanidad, o el orgullo que con su espíritu belicoso le gustaba avivar como una hoguera. Por algo provenía de una larga estirpe de Belicae. No así su fiel compañero de juego Vulcano, siempre pulcro y reprobatorio, un ser del amor que parecía albergar todo el odio del universo hacia ella. Y eso que su naturaleza le tendría que impedir poder sentir odio, pero no había otra explicación a sus continuas peleas. Se llevaban como el perro y el gato, pero en conjunto creaban unas parejas de la mejor calidad. Y respecto a su última misión, solo les faltaba dar el toque final. Una fiesta era sin duda lo que Mollie y Brian necesitaban para acabar juntos, y ellos se habían encargado bien de que ambos estuvieran allí.
A lomos de una Ducatti negra como la noche que le rodeaba, Catherine llegó a la casa de Brian, donde el chico la esperaba con una sonrisa nerviosa en el rostro.
- No sé si es buena idea ir a esa fiesta, puede que ella esté allí.
- ¿Y qué si es así?- Cathe le tendió el casco. Una sonrisa perversa se escondió tras la visera-. No sé porque te preocupas, si ya has dejado claro que no quieres nada con ella.
- Yo no he dicho eso- Brian se mostraba dudoso.
- Pues hay trenes que solo pasan una vez, y creo que has dejado ir el que lleva destino a Mollie.
Cathe arrancó de nuevo el motor, con un Brian muy preocupado como pasajero. Le encantaba sembrar la discordia, era parte del plan para que pasara algo. Le sorprendía mucho como los humanos dudaban tanto a la hora de tener una relación, ella cuando deseaba algo, simplemente lo cogía y se satisfacía. No así en el caso de Vulcano, ya que las relaciones entre los Belicae y los Amorae eran muy inestables, y por lo tanto no estaban permitidas. Además no quería que ni un ápice de la naturaleza amorosa de Vulcano penetrara en ella, al menos no de forma permanente, porque de forma provisional, Vulcano era un dulce demasiado apetecible.
Cuando aparcaron en la puerta de la gran casa colonial, el objeto de sus pensamientos apareció en su campo de visión. Con el pelo dorado despeinado en miles de puntas que miraban al cielo, una camisa blanca que se abría en el pecho mostrando parte de su bien formado tórax, y una sonrisa diabólica para tratarse de un ser de la luz y el amor, Vulcano captó su presencia y se metió en la fiesta de nuevo. Era la señal para comenzar su plan conjunto. Siempre juntos para que pudiera surgir el amor.
Cathe suspiró y cogió a Brian del brazo, tirando de él al interior de la casa. Dentro el ambiente era cargado, varias decenas de cuerpos vibraban en la planta baja, en una improvisada pista de baile. Pero Cathe tenía claro adonde dirigirse, ya que pudo ver la estela de Vulcano un poco más adelante. Y también podía sentir a Mollie, muy cerca de él. Así que avanzó en línea recta distrayendo mientras a su amigo, y cuando estaban a un metro escaso de Vulcano, que bailaba espalda con espalda junto a Mollie, alargó la mano hacia el Amorae. Un simple roce creó un arco de energía que impactó de lleno en sus objetivos, y Mollie se volvió bruscamente provocando que en su avance, Brian chocara patosamente con ella. La copa de la chica cayó sobre la camisa de él, y Mollie enrojeció al instante.
- ¡No sabes cómo lo siento! Ahora mismo te limpio esa mancha, si te parece quítate la camisa y lo arreglamos en un minuto- Mollie levantó la vista, y se sorprendió, enrojeciendo aún más, al ver el rostro de su compañero de trabajo, su amor escondido desde hacía meses-. ¡Brian! No sabía que conocieras a los que organizan la fiesta.
- En realidad, son amigos de mi amiga Cathe- Brian no pudo evitar que sus ojos resbalaran curiosos por el ansiado cuerpo de Mollie-. Estás… preciosa.
En sus palabras solo había sinceridad, y un deseo latente demasiado tiempo dormido.
- Gracias- contestó con una sonrisa de medio lado Mollie, clavando en él su mirada.
En su mirada solo había reconocimiento y la reciente determinación de abrir los grilletes de aquel amor dormido.
Amorae y Belicae miraron a la futura pareja, orgullosos ante su nuevo logro. Porque si algo compartían ambas razas, era ese sentimiento que les hace sentir superiores y pagados de sí mismos.
- Buen trabajo, Catherine. Aunque como siempre te has sobrepasado con tu atuendo- Vulcano miró con gesto reprobatorio el ajustado traje de cuero de su compañera, que delineaba unas curvas a su parecer demasiado bien definidas.
- Oh, vamos. No me digas que no te pongo ni un poquitín- Cathe agitó su cabello, a la vez que posaba una mirada retadora en él.
- Eso es algo que no estás preparada para descubrir, querida- Vulcano ofreció la mano a la chica, y cuando ésta la posó sobre él, depositó un suave beso en el dorso de la misma-. Ahora sigamos haciendo nuestro trabajo.
Y de la mano, ambos deambularon entre la gente, sembrando a su paso la semilla del amor más descarnado, fruto de la unión de dos titanes tan opuestos como complementarios.
Gracias por leerme, y ¡¡muchos besos belicosos!!
Hola!! Al final yo también me uní a Adictos a la escritura, pero este mes, el primero que iba a participar, no pude por falta de tiempo y, porque no decirlo, falta de imaginación. A lo mejor en un futuro retomo el relato que dejé inacabado ^_^
ResponderEliminarEn cuanto al tuyo, es fantástico. Me ha gustado mucho la diferenciación entre el amor y el odio, yo había pensado en algo similar a lo tuyo (pero más hard, ya sabes como soy xD), y como dos personajes tan opuestos se atraen. En fin, que genial, quiero leer más de estos dos seres mitológicos :D
Un beso!!
Que estupendo que te unas al proyecto. Muchas gracias por leerme, me hubiese encantado ver tu versión hard. De hecho quizás haga un relato largo o novela corta sobre estos seres. De alguna forma quiero trabajar con ellos, así que ya te diré. Besos!
EliminarGracias por leerme Karuna! Tus comentarios siempre son enriquecedores, y me hacen ver incluso de otro modo mi propia historia, cosa que me encanta. Un beso!!
ResponderEliminarPreciosa historia, que buen complemento!!
ResponderEliminarDel amor al odio hay un sólo paso y viceversa!!
Un placer leerte!!
besos
Muchas gracias por leerme preciosa. Besikos!
Eliminar¡Me ha gustado Hada! Me he mantenido totalmente en vilo constantemente y por qué no, quería ver qué ocurría entre los dos protagonistas, da como cierto morbo leer lo que pasaría entre ellos jaja.
ResponderEliminar¡Un besito!
Gracias!! Eso que dices del morbo estaba dentro de mis intenciones, me gusta mantener cierta tensión sexual entre los protas. Besoss
Eliminar¡Genial relato! Me ha gustado muchisimo, el mito griego y el enigma y perfecto complemento entre este par cupido :) ¡saludos!
ResponderEliminarMuchas gracias María! A mi me encantan los mitos griegos. Y también la tensión entre polos opuestos. Besos
EliminarPues sí, Hada, hay que reconocer que las relaciones amorosas se nutren de esos dos sentimientos: El odio y el amor.
ResponderEliminarCreo que la clave para una relación duradera, es saber equilibrar los dos elementos, lo malo es que no siempre se logra.
Buen relato. Gracias por pasar por mi casa: Doña Ku
Gracias por pasar a leer mi relato. La verdad es que el tema daba mucho de sí, y yo lo he orientado por ahí. Y sí, el equilibrio es fundamental en las relaciones. Un besito!
Eliminarte ha quedado muy interesante el desdoble, la verdad es que en la mayoría de los casos se ajusta a la realidad ^^
ResponderEliminarGracias por pasar Deby. Besitos
EliminarMe ha encantado el realto wapa!! creo que bien podría salir de éste, una novela ^^
ResponderEliminarUn besazo!!!
Muchas gracias guapa! Voy a barajar la posibilidad de hacer algo más largo. Besitos!!
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