"Cuando pase la tormenta" Lucía de Vicente

¡Hola a todos! Una semana más hemos llegado al viernes, que rápido pasan los días, de verdad. Os deseo muy buen fin de semana y os traigo el comentario de “Cuando pase la tormenta”, de la escritora Lucía de Vicente. La autora también es editora de Éride Ediciones, administra el grupo Colección Letra eNe en Facebook, y tiene un blog personal al que podréis echar un vistazo pinchando AQUÍ.

Esta novela pertenece al género romántico,  y tengo que decir que me ha cautivado. Y no es que haya sido un amor a primera vista, que también (el primer capítulo es una entrada triunfal), pero es que conforme he ido pasando páginas me he ido enamorando de los personajes principales, y de la forma de escribir de la autora. Pero os dejo la sinopsis para abrir boca:

Mary Mantley recibe el encargo de viajar a Kenya para realizar un reportaje fotográfico. Lo que ella no es que esto sólo es una excusa para alejarla del peligro que amenaza su vida. Alguien ha descubierto los diarios privados de su padre, el coronel Jonathan Mantley, en los que relata las hazañas de un grupo de ególatras que tienen en sus manos el destino de la humanidad.

David Silkford es el único hombre capaz de protegerla. Un duro ex agente secreto, orgulloso, machista y manipulador.

Mary derribará todas sus barreras superando cada reto que él pone ante ella. Pero el camino supone un alto precio y ahora, además, están en peligro sus corazones.

La mayor parte de la acción de esta novela trascurre en Kenya, que es un escenario poco usual, al menos en las novelas que yo me he leído. Y no es que nombre Kenya para situar la escena, o que diga dos o tres sitios turísticos para que nos contentemos, no señor. Lucía de Vicente nos transporta directamente al corazón de la sabana, y desde el mismo Nairobi, hace que vivamos, sintamos, olamos y veamos todo aquello que sienten los protagonistas. Este punto es algo que me maravilla de la novela, lo fantásticamente que sabe describir los paisajes, la gente y las costumbres del lugar.

A parte de Kenya, también aparece como escenario Londres, ya que la escritora se va sirviendo de fechas y localizaciones para guiarnos en esta historia, escrita en una sentida tercera persona.

Al inicio de cada capítulo, encontramos una cita de un proverbio africano, que casa muy bien con lo que después podemos encontrar. Y también en cada capítulo al inicio, encontramos una anotación de los diarios del coronel Jonathan Mantley, en la que relata parte de las aberraciones que ha observado durante su permanencia en un grupo especial del ejército, que especula y actúa eliminando a aquellas porciones de la humanidad que no interesan.

Son estos diarios, que llegan a manos de Thomas Silkford, los que ponen en serie peligro su vida y la de su pupila, Mary Mantley, ya que hay muchas personas que no quieren que su contenido salga a la luz. Por eso Thomas, no duda en llamar a su hijo, David Silkford, cuya relación hace años que está congelada, para que la proteja en las lejanas tierras de Kenya. Y lo que empieza como un encargo de reportaje fotográfico para Mary, y una misión de protección encubierta para David, desemboca en un safari muy curioso en el que a la vez que van descubriendo las maravillas de Kenya, se irán descubriendo el uno al otro, todo ello jalonado con mil y un retos.

Los diálogos son magníficos sin lugar a dudas, crepitantes, auténticas “batallas dialécticas” y “peloteos verbales”, como bien dice la autora. Divierten, seducen, acongojan y estimulan. Y este es un punto, como ya he dicho cientos veces, que considero fundamental en una novela, que el personaje tenga “voz propia”.

-          ¿El sueño de toda mujer? ¿Dos tipos? ¡Quita, por Dios! Con los problemas que dais de uno en uno, ¿quién os quiere por partida doble…?

-          Ya, pero todo tiene su parte buena. No sólo los problemas se multiplican, también el placer. Y según tengo entendido ésa es la fantasía femenina más extendida: ser el relleno de un bocadillo de puro músculo y testosterona.

-          Las generalizaciones son odiosas. Y, ya puedes ir sacándome a mí de esa estadística…

-          ¡Eres una cría, Mary!-repuso acariciándole la mejilla con un dedo. Ella se retiró bruscamente; como si la hubiese quemado con el contacto-. Sin duda las estadísticas no son aptas para románticas señoritas que sueñan con príncipes azules que les juran amor eterno. Yo soy un poco golfo, es cierto, pero tú eres demasiado tradicional.

-          ¡Yo no soy una romántica ni creo en príncipes azules!-explotó-. Pero odio toda esta prepotencia machista y egoísta.

Y tiene muchas escenas memorables, que no voy a nombrar aquí para no adelantar nada. Tanto de acción, como cargadas de amor y sentimientos, como algunas eróticas que os vapulearán.

Quizás algunas escenas las he visto un poco largas, esa es la única pega que puedo ponerle a este libro, pero en general me ha gustado mucho el ritmo de la narración.

Respecto a los personajes, Mary Mantley, con su orgullo y su arrojo a la hora de comportarse, su valentía para hacer frente a todo, y su vulnerabilidad recubierta con una dura coraza me ha encantado. Me encanta su fluidez verbal, su manera pulcra de comportarse, la pasión con aquello que le gusta y su dulzura.

Respecto a David Silkford, ¿qué decir? Que hombre, por favor. Madre mía, me he derretido cada vez que le decía a Mary “misichana mzuri” (no digo lo que es, adivinadlo jeje). Y todos esos apelativos cariñosos que utiliza al hablar también me gustan mucho. Un morenazo con mucho carácter, orgulloso, sarcástico, sensual, protector, intenso…

Thomas Silkford es también un personaje memorable, manipulador, autoritario. Sabe muy bien como manejar los hilos a su antojo, y aunque lo oculta muy bien, tiene un gran corazón.

Encontraréis muchos más personajes, pero os dejo el placer a vosotros.

En definitiva me ha gustado mucho esta historia, su argumento, la acción que se entremezcla perfectamente con la lenta seducción que se disfruta en todas sus páginas, los secretos que se irán desvelando. Las batallas verbales de los protagonistas, los personajes consistentes con un pasado muy completo, la evolución de los sentimientos tan real e interesante de Mary y David. Os invito a que os adentréis en esta aventura en la que podréis pasear por tierras londinense pero sobre todo kenianas, disfrutar de su luz y de esta historia.

Muchos besos